Hoy

Hoy es el día...uno de esos días
en los que el ancla de la angustia
nos inmoviliza en este océano deforme.
Hoy es un día brutalmente simple,
un día como tantos en los que mereceríamos
no haber nacido
porque con cada respiración y cada movimiento
no hacemos mas que confirmar que estamos muertos.
Hoy es un día inefable,
sutilmente hostil e inadecuado.
Se extiende en minutos interminables
que nos hace temer
por no poder llenarlos.
Apenas ayer había tanto por hacer...
pero hoy no hay nada.
Porque hoy la vida es solo eso,
la sucesión inapelable de minutos.
Hoy es un día de distancias,
de desapegos y despedidas.
Hoy quisiera sólo llorar,
sin motivos ni excusas.
Hoy sólo desearía abrazarte y dormir.
Dormir un sueño maravilloso
del cual despertar siendo otras.

Líneas

En el transcurrir descubro

que poco sirve, cuán poco vale...

Ayer y hoy, todo se une en un punto imperceptible

inmóvil, casi muerto.

Nada o muy poco queda de aquel tiempo

y en el intento de subirlo a la espalda de este hoy que acosa

la carga indescriptible de espacios y argumentos

se evapora en mi memoria a pesar del esfuerzo.

Noches y días, voces y recuerdos,

gentes, situaciones,

vida que se escapa

vida condensada en puntos,

puntos que se ubican y forman una línea,

líneas... sólo líneas.

Líneas infinitas, como destinos desprotegidos en el sinfin del tiempo,

carentes de sentido

indefinibles por su esencia,

juntas muy juntas

pero siempre equidistantes.

Un abrazo

En algún lugar debe haber para mí
un abrazo generoso y sin preguntas.
Una sensación de que está todo bien
y nada se me reclama.
Un abrazo rotundo que sobrevuele los océanos
de la exigencia y el deber ser,
y que me mire directamente a ese rincón del alma
donde mi vida late esperando ser descubierta.

Y..

Seguiré imaginando que tu risa
habitará cientos de rincones donde yo no estaré.
Y que habrá infinitos segundos
en los que nada sabré de ti.
Y que no miraré allí
hacia donde se dirige tu mirada.
Y que contemplarás lunas y soles
extraviando pensamientos
que no me incluirán.
Y llegará el día que ya nada sabré de ti
e inventaré al fin una historia perfecta.

Te olvido

Inexorable es el olvido.
Muy a mi pesar el corazón que late encuentra su sosiego,
dejando tras de sí un hueco sombrío al que no desea volver.
Muy a mi pesar tu rostro se diluye en otros rostros
y su evocación ya no desata aires de ternura.
Te quito el peso de mi urgencia.
Te libero de la carga de mi amor.
Te absuelvo de toda crueldad
y dejo que te vayas por el camino de los sueños,
hacia ese rincón de donde nunca debí sacarte.
No quiero seguir mirando el almanaque
para saber qué día fuí felíz.

Anzuelos

La vida de un sujeto sin un anzuelo es simplemente
una vana sucesión de minutos que se apilan y amontonan
para formar una existencia dudosa...

Hay días

Hay días en los que el engaño funciona.
Sustituímos, negamos, proyectamos,
repudiamos y ejecutamos los más asombrosos procesos
de los que nuestra maravillosa máquina mental
es capaz de realizar.
Hay días en los que somos capaces
de convertir en poderoso estímulo
al origen de nuestros tormentos,
y el mundo se nos ofrece generoso,
y creemos no tener límites.
Hay otros días en los que duele cada centímetro de cuerpo
y cada sílaba y cada suspiro,
y el mundo parece acabarse justo
un segundo antes de nuestro próximo paso.