En el transcurrir descubro
que poco sirve, cuán poco vale...
Ayer y hoy, todo se une en un punto imperceptible
inmóvil, casi muerto.
Nada o muy poco queda de aquel tiempo
y en el intento de subirlo a la espalda de este hoy que acosa
la carga indescriptible de espacios y argumentos
se evapora en mi memoria a pesar del esfuerzo.
Noches y días, voces y recuerdos,
gentes, situaciones,
vida que se escapa
vida condensada en puntos,
puntos que se ubican y forman una línea,
líneas... sólo líneas.
Líneas infinitas, como destinos desprotegidos en el sinfin del tiempo,
carentes de sentido
indefinibles por su esencia,
juntas muy juntas
pero siempre equidistantes.