La muerte infinita de los infinitos segundos
en los que se escurre la vida, pasa frente a mí.
Incontables segundos agonizantes de sueños
huyen a hacia su muerte.
Estrategias estériles para insuflar aire
a lo que inevitablemente se apaga.
Intento parir segundos vivos.
Intento hacerlos latir,
encender el fuego que los entibie.
Pero siguen ahí,
huyendo implacables hacia su muerte
que es la mía.
Los veo partir rebeldes,
me dejan y se van sin culpa.
Con la lentitud engañosa que enmascara su vértigo.
Con la frialdad de quien se sabe victorioso.
Con la crueldad de quien se sabe impune.
Y yo sigo aquí,
mirando el baile de esa hoja
que cumple su destino al caer desde su ser árbol
a su no ser más que basura que otro pisotea.
Como miro a esa gota que en este momento
ha dejado de ser lluvia
para caer en el vidrio
y ser fatalmente expulsada al olvido.
FRECUENCIA
Hace 2 años
2 comentarios:
pero.. usted se siente mal por quedarse asì, medio del dolce fal niente???
saludos the!!
Hola Gabriela!! Lo bueno es que me siento perfectamente!! jaja.No me tome en serio, son sólo momentos.
Un abrazo
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